En nuestro mundo actual reina un modo de pensar hegemónico condicionado por una inmensa red de operaciones cuyos nodos centrales son generados por la maquinaria política (opresión), junto con los grupos económicos (gestión mercantil) y los medios de comunicación-información (desinformación-incomunicación) que expresan al unísono que esta es la única realidad posible, el único mundo viable al que hay que aceptar tal como se presenta.
El discurso del poder plantea que solo hay que mejorar lo que hay, la realidad que vivimos, pulir las asperezas del sistema, esforzarse en resolver los problemas estructurales que presenta con el objetivo de conquistar el punto ideal de bienestar planificado, mientras tanto, en la transición, hay que soportar las turbulencias que sucederán en el proceso de gestión social y que los representantes políticos nos orientarán en el buen camino a través de la lógica económica necesaria para el mejoramiento global.
Esta es la imposición de un orden dogmático, que coloniza las subjetividades, los modos de vivir y los procesos sociales. Es un discurso perverso de sometimiento que se apoya en las nuevas herramientas que le brindan las actuales disciplinas científicas, es un sistema que oculta sus verdaderos intereses mercantiles, maniobras política y manipulación mediática.
Este discurso colonizador es una gran farsa escenificada en todos los espacios sociales, programado desde los escritorios de los grupos económicos y los sillones del poder político servil a los intereses imperiales.
Es un discurso perverso porque su mensaje humanista encubre su rostro siniestro, maniobra que tapona la emergencia de las multiplicidades virtuales propias del proceso del vivir, asfixiando sus potencias vitales. La realidad es que este mundo muestra un escenario de desigualdades extremas, exclusión, discriminación, violencia, donde se ha puesto en riesgo a la propia humanidad, realidad que hay que revertir de forma urgente.
Abrir otros mundos posibles en el propio mundo, es no solo posible sino necesario, abrir otras reglas de juego, distribuir el poder en nuevos procesos instituyentes, que las líneas de fuerza políticas no se agoten en el orden vertical, jerárquico, que la organización tome formas más cooperativas, horizontales, antiautoritarias, anticapitalistas.
Abrir otros mundos en el propio mundo, es no solo poner en cuestión el orden existente y su dominación política, cultural, semiótica sino también cuestionar la propia subjetividad dogmática, adherida al modelo trasmitido, y de este modo poder llegar a interrogarnos por nuevos modos de pensar, sentir, actuar.
Abrir otros mundos en el propio mundo es abrirse a nuevos flujos, a las multiplicidades abiertas que desbordan el uno del poder, a nuevos posibles que hay que crear, que se mueven por debajo, en lo virtual, fuerzas activas, enlaces a-significantes, fuente inagotable en lo humano que las políticas gestionarias, tratan de aplastar, desviar, taponar, generalmente con la participación necesaria de las izquierdas institucionalizadas funcionales a las operaciones del sistema.
Abrir otros mundos posibles en el propio mundo, es apostar por una vida más intensa, abierta, múltiple, ligada a la propia producción deseante tanto en el orden de las singularidades individuales como colectivas.
Resistir la colonización subjetiva, semiótica, cultural, cotidiana, resistir no solo como primer acto negativo de poner en cuestión todo el aparato socio-político-económico sino también imaginar, como acto micropolítico, la afirmación de nuevos modos de organización social, de ordenamiento político y de posicionamiento subjetivo, por mundos posibles por-venir.
6 comentarios
la colonización consiste en la expansión de una cultura y su imposición sobre otras culturas. Esto se logra a través de la violencia y la dominación económica y política. La colonización implica la supresión de la diversidad cultural y la imposición de una sola forma de pensar, actuar y vivir en el mundo.
Es así Juan, esta sección de pensamiento decolonial hay que desarrollarla, potenciarla. Un abrazo
Con unos nucleos de poder tan descentrados, ubicuos e invisibles, es muy dificil escapar a la colonizacion subjetiva. Toda la cultura digital (aunque abra lineas de fuga posibles, a las multiplicidades deseantes, si tenemos en cuenta a haraway) está logrando desde los medios, impregnar el campo social y penetrar inconscientemente en las subjetividades a traves de la produccion de significado. Entonces, si la colonizacion se produce de forma masiva e inconsciente, se hace muy dificil tratar de explicar a una persona inconscientemente sugestionada, y convencerla, de que está colonizada, y esto genera gravisimos problemas en el campo social. Aqui en el estado español, en los jovenes, la cultura digital está teniendo el mismo efecto devastador que las drogas duras tuvieron en los 80 y las sinteticas en los noventa. literalmente, esta colonizacion inconsciente, pudre el campo social y por no hablar de la produccion de significado del juego macropolitico en los medios de comunicacion, que literalmente ademas de entretener con chorradas abstractas, que no tienen nada que ver con el ejercicio de la politica, logran polarizar la sociedad, produciendo una crispacion en el campo social que lo pudre todo igualmente. Esta «intensificacion» de lo que guattari llama el capitalismo global integrado, está volviendo loca a la gente del mismisimo modo a como los nazis volvieron locos a los alemanes durante la republica de weimar, aprovechando la crisis y desintegracion social que sufrió alemania tras la primera guerra mundial. Se hace muy dificil, además, abrir estos «espacios» micropoliticos o llevarlos a la praxis, porque la sociedad de mercado por un lado mercantiliza y abarca todo el territorio, y por otro lado el control del estado a través de sus organos policiales, el control es tan fuerte, que no dejan crecer brotes rizomaticos, o los arrancan de cuajo o literalmente infiltran policias en colectivos sociales, donde si podemos ver cierta organizacion rizomatica.
Entonces con este estado de cosas la lucha por decolonizar la mente, no «produce» agenciamentos colectivos, duraderos y mucho menos agenciamentos colectivos de enunciacion , pues tampoco hay libertad de expresion. Entonces vemos una sociedad, totalmente aburguesada, en el peor de los sentidos.entregada a entretenimientos futiles, distraida, cansada, enfadada, estresada, infeliz, y sumisa y conformista. Todo el acto politico aqui en españa se resume en ir a votar cada cuatro años. es como un acto simbolico, como el rito catolico de la confesion.Lla gente va a votar cada cuatro años y piensa que eso es un acto politico.
Supongo que en latinoamerica tendrán problemas sociales mucho mas graves, realmente urgentes y vean en la micropolitica y el agenciamiento colectivo una linea de fuga. Pero yo sinceramente creo que el aburguesamiento idiotizado que tenemos aquí es parte del problema latinoamericano. pues aqui hay macroempresas, y agentes economicos muy poderosos que actúan aqui y allá con total impunidad, que están esquilmando su territorio y su inmensa riqueza natural y son en gran medida actores corresponsables de los problemas sociales suyos allá, y aquí tambien.
La guerra fronteriza de haraway entre lo inconsciente y hacer advenir lo consciente a través de un conocimiento situado, es me parece, la batalla aqui.
Deleuze dio unos cursos explicando el metodo genealogico de foucault, basado en la arqueologia, a través del archivo, y foucault creia necesario separar lo enunciable de lo visible. pero lo que a foucault le interesaba o lo que buscaba con ello era comparar lo visible con los enunciados, que se extraían de un corpus de palabras enunciables. Este metodo puede ser un buen antidoto para evitar la colonizacion subjetiva a través de la produccion de significados. Pues este metodo parte de la linguistica distribucionalista, previa a sausaure y que, si bien reconoce algo asi como un significante, aunque labov lo llama «lo enunciable», no reconoce el significado.
Este metodo nos permitiria frenar en seco la produccion de significados que permean el inconsciente, pues con el, y con esto termino, nos damos cuenta de que los significados, simplemente no existen, son abstractos, es decir, es pura interpretacion subjetiva de un acto de enunciacion, recibido.
Saludos cordiales, desde vigo Galicia
Les sigo en los conversatorios grabados
un abrazo a todos
Hola Oscar, excelente exposición, son temas fundamentales los que usted ha marcado, estamos en esa línea de elaboración, saludos cordiales
En el mundo de hoy, parece que todo está dado como verdades para alimentar la credulidad de las personas más empobrecidas (por el mismo sistema y su propio paso) muriendo por el goce de represivas y apáticas gestiones, hay que «martillar sobre lo dado», dándonos qué pensar exponiendo el cuerpo más allá de la información cotidiana, en el andar de una sociedad en decadencia, tirando los hilos del telar que ya está tejidode hace tiempo.
«Descompaginar el sentido común instalado por el poder», desalienando y mirando las dos caras de la moneda, alentando a la experimentación directa, «desandando la forma moderna de construir subjetividad (neoliberal, capitalista y patriarcal) a través de experiencias educativas informales y alternativas, trazando líneas de fuga que devengan en agenciamientos colectivos y democráticos», para «hacer rizoma social desjerarquizando todas las categorías elaboradas».
Juan, comparto esta idea central, la de martillar sobre lo dado, el sentido común machacado por el poder, es algo que las políticas pasan por alto, se cuestionan las matrices de las relaciones de poder en lo macro pero omiten plantear como ese poder se infiltra en las subjetividades, por lo tanto plantean recetas, métodos, lecturas de como combatir la máquina sociopolítica lo cual es fundamental pero no tocan los micromecanismos que condicionan y son efectos sintomáticos de las relaciones de poder generales pero si no se puntúan, visualizan, seguiremos escindidos entre un percepto que mira hacia afuera y arriba y no toma en cuenta cierto afuera-interno subjetivo que portamos y los ensambles horizontales, relacionales, que reproducimos. La seguimos