LA POTENCIA DE EXISTIR Lic. Roberto Torres

Spinoza plantea una pregunta fundamental de un orden ético-político ¿Qué puedes en virtud de tu potencia? que abre una perspectiva ontológica transformadora opuesta a las preguntas morales ¿Qué debo hacer, como me adapto a los mandatos? que limitan, disminuyen las potencias en juego.
El horizonte que abre esta pregunta ilumina aspectos alternativos de lo humano, permite la inclusión de los cuantos de energía, cantidades de energía vinculadas a la voluntad de potencia que nos empuja, mueve y varía en cada sujeto en razón de su diferencial intensivo a partir de nuestros actos.
Spinoza habla de una escala cuantitativa de los seres según la potencia de cada uno, concepción sub-versiva que atraviesa en forma transversal la ética, la política y toca lo ontológico desde el ser en su devenir.
La voluntad de potencia no es algo a conseguir, a realizar, un objeto que quiero, pero no tengo y que en algún momento lo puedo lograr si me esfuerzo según las formas impuestas desde los modelos sociales, es todo lo contrario, es una potencia efectiva en acto, todos estamos impulsados por una potencia vital el tema es con que grado de intensidad la vivimos y que claridad perceptiva tenemos de ella.
Este aspecto cuantitativo abre una interrogación sobre si la potencia individual es una parte, una manifestación de la potencia universal, cósmica, si hay una energía basal de todas las cosas y si es así me pregunto como se singulariza en una presencia particular. Estos flujos no parten de lo preconciente-conciente, ni del yo-cs, ni del control voluntario, tienen otro origen, otra causa más profunda, de lo inconsciente desde lo singular y de lo universal desde una totalidad cosmológica a la manera del concepto de caosmosis de Deleuze y Guattari. Es toda una línea de experimentación y de investigación a desarrollar. Está en sintonía con el postulado central de Spinoza en el que hay una sustancia universal que posee en un plano inmanente todos los atributos y los modos en que se realizan los seres (cosas, vivientes)
El estatuto de esta potencia es la de ser una energía especial, no extensiva, ni objetiva, una fuerza cuyo estatuto es el de ser intensiva, una escala de grados de intensidad, de mayor o menor nivel de cantidad.
No está en juego un saber académico, de cómo categorizar las conductas según representaciones regladas, pertenecientes a lo moral vigente, sino un nivel de conocimiento que bucee por otros territorios existenciales, que ponga en suspenso la lógica representacional, a través de otras referencias conceptuales, que se focaliza en los procesos del vivir, rompe el orden jerárquico impuesto donde la mente domina al cuerpo, los iguala, dando al cuerpo un protagonismo fundamental, donde los grados de potencia que puede un cuerpo, una subjetividad, un colectivo, le da una consistencia ontológica prioritaria, aquí Spinoza habla de paquetes de potencia que son los que portamos cada uno en nuestro devenir cotidiano.
Perseverar en el ser es conducirse en virtud de las potencias ligadas al acto, en la materialidad del aquí y ahora, como sujetos situados, no en una imagen ideal a realizar, se debe concretar en el presente, este es el materialismo spinoziano que le da consistencia a las potencias actuantes.
Esta potencia-acto Spinoza la relaciona íntimamente con los afectos, dice que el afecto efectúa la potencia, potencia y afecto se corresponden una con otra, no actúan en forma independiente, están anudadas. De este modo relaciona la diferencia cuantitativa de la potencia con una oposición cualitativa de los modos de vivir ligada a los afectos.
Los afectos de base son las pasiones alegres y las pasiones tristes de la que se derivan todos los demás afectos  y posibilitan una teoría de las pasiones.
Lo que queda claro es que esta filosofía spinoziana no se corresponde con la tradición clásica centrada en el logos, en el ser y las esencias sino que pone el acento en la experimentación, en el sentir el cuerpo y sus manifestaciones en sintonía con la mente,  en nuevas sensibilidades que hay que vivir, sentir, como sujetos situados y encarnados, en un contexto temporo-espacial, sociopolítico, cultural, comunitario.
Podemos pensar que la potencia es una (individual-universal) pero que varía según la escala cuantitativa en mayor o menor grado de intensidad que experimenta cada sujeto en su vida diaria, es una visión micropolítica donde el todo y las partes interactúan en cada momento como juego de fuerzas interrelacionadas.
Tenemos una potencia variable con dos afectos en juego, las pasiones tristes y las alegres, en la actualización de modos de vida, esta es la visión materialista del orden de la experimentación.
La diferencia de una potencia fuerte o débil, no es del orden muscular sino de maneras de ser, son potencias como cantidad variable, completa, llenada por afectos de tristeza o alegría que la disminuyen o la aumentan, en sí no es una cantidad absoluta sino variable, una relación de cantidades, el pasaje de una cantidad a otra de forma transitiva.
Perseverar en el ser a partir del conjunto de relaciones que me constituyen más o menos complejas, somos un complejo de relaciones, en una dinámica que puede ser: 1) de descomposición de las relaciones desde las complejas a las simples a las que llamamos relaciones malas o 2) de composición de simples a complejas y la llamamos buenas, que no cesan de deshacerse y rehacerse en un sistema de movimientos y reposos
Proponer una pragmática inmanente no tendría que basarse en un programa sino en una práctica que se actualiza en lo cotidiano que tenga en cuenta, como brújula operativa, las potencias que nos habitan, las relaciones de fuerza que vectorizan nuestra voluntad de potencia, en cada acto.
El tema es como lograr este pasaje micropolítico transformador en nuestras vidas inmersas en una atmósfera sociopolítica que promueve las pasiones tristes, las potencias débiles. Como salir del encuadre impuesto que empobrece, como potenciar nuestro accionar cotidiano ligadas a las pasiones alegres, perseverando en el ser, intensificando lo que nuestros cuerpos pueden. Estas potencias para salir del agobio existencial no solo deben ver como establecer buenos encuentros en los contextos habituales, sino tambien crear nuevos dispositivos que permitan agenciamientos alternativos, potenciadores.
Nuestro espacio online que abarca los conversatorios, el taller de lectura sobre Mil Mesetas,  el taller sentipensando, y esta página web, se ha constituido en una travesía  en la que  participamos representantes  de todos los países de Latinoamérica en enriquecedores encuentros , de este modo hemos logrado un dispositivo alternativo y creativo, que libera flujos deseantes, que trabaja en un conocimiento-saber otro que explora otros modos de vivir.

6 comentarios

  1. Siento un flujo entre el texto y mi hoy. Me encuentro construyendo lazos y diálogos impensados antes de la pandemia. Me veo gestionando con vecinos temas relacionados con la seguridad, y lo digo ante mi propia sorpresa.
    Esa potencia que no es agradable frenar lleva a acciones nuevas.
    Encuentro que el sentido profundo del amor sin prejuicios y sin la búsqueda de un otro específico, acrecienta esa potencia, sin buscarla, solo encontrándose con ella.

    1. Hola Elena celebro entre el texto y su hoy, en sintonía, Es la potencia que usted hace acto en los devenires comunitarios y supongo que abre transformaciones subjetiva que le permiten cierta videncia de los procesos del vivir. Un abrazo

  2. La potencia como afección es trastocada por las interacciones y los efectos de la realidad en mi horizonte. Mi horizonte propio, personal y político es un conjunto de afectos que busca respuesta en otros cuerpos y, no siempre se obtiene, pero que lo que pide puede ser transformado y respondido en otros planos afectivos que obtienen respuesta de otras entidades y potencias de mi devenir cotidiano que son tan inesperadamente responsivas que saturan mis horizontes, los resignifican y permiten siempre una tensión entre micropolítica y realidades, que no dejan empobrecer mis espacios.

    1. Excelente Joanna, son complicadas las interacciones, conseguir buenos encuentros que potencien y no inhiban las intensidades en juego, pero como usted dice la tensión entre micropolítica y realidades abren nuevas potencias por-venir. Un abrazo

  3. Reitero que a mis años lo mas grato y sorprendente que me esta pasando hoy tiene que ver con la oportunidad de tener una vivencia, digital en la distancia y el tiempo, que me facilita pasar de una reflexión en solitario y confrontada con textos, pensamientos e interpretaciones, a encontrar en el camino la opción de interactuar con compañeras y compañeros de distintas realidades y territorios, saberes y experiencias, pero unidos en la diversidad en la inquietante aventura de generar la confluencia de torrentes de deseos, pensamientos y lenguajes en modo de alternatividad, «haciendo camino al andar» y confirmando que «somos más que dos»..
    Tu artículo, Roberto, me abrió la puerta de Spinoza , la verdad no lo había leido, pero me llego porque me reafirma que el slogan «la potencia mundial de la vida» tiene mucho sentido

    1. Estimado Pablo, has descrito lo mismo que siento en la travesía compartida, latinoamericana, un dispositivo que se fue creando a contrapelo de los modos impuestos en esta época neoliberal, abre una ética existencial que espero se pueda sostener en el tiempo y la intensidad de lo vivencial. Un abrazo fraterno

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