SEPARACIÓN SIMBÓLICA DE LO VIVIENTE

COMO PIENSAN LOS BOSQUE Eduardo Kohn 4° entrega Lic. Roberto Torres
Partimos de una situación angustiante que vivió el autor en un viaje (pag. 64) donde experimento una especie de ataque de pánico, sentimiento de extrañeza alienante, descontrol, donde vivenció una separación extrema de su cuerpo, de las personas y del mundo en general, un fuera de sí. La sensación de desestabilización personal, duró muchas horas y recién al otro día al percibir un ave volar se disolvió toda esa ansiedad, desencadenada, retomando su cordura emocional.  Interpreta que esto se debe a una repentina aceleración de lo simbólico que le presentifica una situación de peligro, (desmoronamiento de la montaña) que produce una desconexión con el universo semiótico más amplio. La percepción del ave le permitió una reconexión general, disolución de la separación y se realineación con ese todo en el que se vuelve a insertar.
Este ejemplo muestra que hay un espesor estratificado en lo viviente, un orden eco-sistémico entrelazado, en permanente comunicación, con emisiones de signos conectados entre sí, en continuidad, donde lo simbólico depende de los índices y estos de los íconos, distintos grados de complejidad que están en relación y continuidad. El proceso de semiósis empieza por lo icónico (indistinción) que es la base de la matriz general, de la que depende todo lo demás, es el comienzo y final del pensamiento, momento donde descansa el pensamiento, no hay actividad interpretante.  
La semiosis implica un complejo conjunto estructurado en forma unidireccional del ícono a lo simbólico pasando por lo indexical,  linealidad no reversible, es decir, lo indexical agrega algo más a la base icónica y a la vez depende de ella aunque paradójicamente el ícono no necesite lo indexical, lo mismo sucede con los simbólico (producto de la relación entre índices) que agrega algo más al índice que a su vez no necesita de lo simbólico, este se apoya en los íconos e índices pero estos no necesitan de lo simbólico para existir. 
Vemos como todo lo viviente no humano interactúa a través de lo icónico-indexical infraestructura basal de lo vivo, desde donde emerge los simbólico propiamente humano. Toda comprensión implica un ícono, la semejanza de la imagen con el objeto. Pero la semiosis necesita algo más que la semejanza, necesita lo indexical que se basa en este conjunto jerárquico de asociaciones entre íconos, lo pasa a un nivel superior al convertirse en índice, ahora puede señalar algo, ser índice de algo para alguien, da una información, un peligro para la mona por la caída de la palmera, que se alza por sobre la red de articulaciones icónicas que por sí mismo no pueden indicar la amenaza. Por su parte lo simbólico (relación estructural entre palabra que se abstrae de la relación del signo con el objeto) es el producto de un conjunto de relaciones entre índices, donde un sujeto puede planificar la estrategia de cortar la palmera para que salga la mona de su escondite y poder cazarla. La comunidad al estar inmersa en la mente de la selva puede incluir el símbolo en la red de comunicación de lo viviente.
Vemos como lo simbólico puede mantenerse en ausencia de los objetos, de este modo la palabra se independiza de la materialidad del objeto, es la muerte de la cosa, puede recordarla sin que esté presente, de este modo hay una distancia-separación que independiza al símbolo porque ya no necesita el objeto para hacerlo presente, para hablar de él, está la palabra en su lugar, esto dio lugar al imperialismo de lo simbólico, logocentrismo excluyente, que ha ido separando al hombre del mundo, de los afecto, la sensibilidad, del cuerpo, escindiendo mente-cuerpo.
La vida está compuesta por hábitos, patrones regulares, el mundo está compuesto por estas regularidades, es lo que permite ser representados, se convierten en procesos inferenciales, regularidades de las que pueden sacar ciertas inferencias para vivir, crecer, crear, desarrollarse.
En base a esta lectura podemos interpretar el episodio desestabilizador del trastorno de ansiedad padecido, reacción desproporcionada respecto a la situación vivida. Vemos que el pánico como intrusión invasiva que desestructura al sujeto, reaccionando en forma defensiva retirando el investimento del mundo que ahora se le presenta como amenazante, del otro que se convierte en no-familiar y el cuerpo que se desorganiza (taquicardia etc) para reinvestirlo en los pensamientos que se aceleran, le generan temor, reactualizando la escena que le produjo angustia. Así lo simbólico está sobrecodificado, gira en sí mismo, separándose del conjunto semiótico incónico-indexical al que estaba anidado, pierde su soporte, algo se desanuda. Se produce una separación radical del conjunto semiótico, que lo desorienta y fragiliza. Pero de pronto ante la percepción del ave, todo desaparece, se reconstituye el estado subjetivo anterior al acontecimiento traumático, se desaliena, recupera su inmersión en el universo de la totalidad a la que se incluye como parte, retorno al equilibrio preexistente, resituándose en un contexto más amplio del conjunto de lo viviente, en un nosotros más allá de sí mismo.
La selva en su amplia diversidad muestra la expansión del proceso emergente de múltiples formas en una permanente dinámica interactiva, donde proliferan las matrices de organización, hábitos, patrones de creación y crecimiento de diversas especies co-evolutivas. Los bosques generan un flujo de vida en continuidad y alineamiento, estabilización de hábitos que se reproducen con otros hábitos, pero también hábitos que finalizan (disrupción-conmoción) y dan lugar a otros hábitos, lo que muestra la vitalidad de lo viviente, su regeneración infinita (crecimiento al adoptar y abandonar hábitos). Todos son sí mismos con sus modos de representación que se desarrollan en un contexto selvático, todo viviente, todo sí mismo, representa. Hay un nosotros un general real, no abstracto, este anudamiento es lo que se pierde en el pánico que perturba este real general, ese nosotros.
Para Kohn comenta que nosotros no notamos usualmente los hábitos que habitamos. (….) Vivir en el bosque requiere tener la habilidad para comprender los diferentes niveles de sus hábitos (….) el desafío es crear un nuevo hábito, para rehacernos a nosotros mismos, aunque sea momentáneamente en unidad con el mundo que nos rodea.
También plantea que la semiosis y la vida empiezan como un todo (,,,,) los todos preceden a las partes, la similitud precede a la diferencia. Esto nos permite habitar el mundo de otra manera que permita sensibilizar nuestra propia existencia, constituirnos como un todo abierto, esto abre a futuros posibles. Lo simbólico es un todo abierto porque se despliega en un todo más amplio que es una imagen.
Kohn manifiesta que todo pensamiento comienza y termina con una imagen, todos los pensamientos son un todo. Así la semiosis y la vida no se origina en la diferencia, otredad, sino en la semejanza del pensamiento-en-reposo, donde no aparece la diferencia.
Con este artículo cerramos la serie introductoria a la primera parte del libro que abarca el prólogo, la introducción y el primer capítulo
Saludos cordiales.

2 comentarios

  1. Khon, menciona muy bien que desde sus estudios antropológicos de formación científica tuvo que desaprender muchos practicas del quehacer científico ya que en su relacionamiento con la otredad es decir con los bosques y cada uno de los movimientos pendulares que se gestionan en su ir y venir circular de la vida, requirió nuevas formas conceptuales para tratar de interpretar como los códigos paralingüísticos de los bosques suscriben nuevas y posibles Inter retroacciones entre el andamiaje semiótico y simbólico ecosistémico.
    Este articulo nos acerca un poco a esta realidad ya que khon menciona que su interés es intentar descifrar una nueva antropología del mas allá, en el mas acá.

    Gracias Roberto
    Por el espacio y por esta introducción.

    1. Hola Andres, es como dices, tuvo que desaprender su propia estructura formativa y subjetiva, muchos años interactuando en un contexto ecológico más amplio lo sensibilizó y abrió una nueva perspectiva, buscó las herramientas otras para pensarlo, se chocó con el flujo vital que lo superó, desbordó, y se convirtió el mismo en un todo abierto. Un abrazo

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